El Cri cri era un cucurucho con helado Fiodilatte con forma de pequeños cuernos puntiagudos. Encargaba a mis hijos sumergirlos en una olla de cobre repleta de delicioso chocolate negro, pero por descuido o por la esperanza de comerlos luego, los dejaban caer totalmente en el glaseado de forma que no pudiera venderlos. “¡Cálmate!”, me decía Anna, “¡al final los niños se parecen a ti!”.
Era 1975 cuando Vito inventó el primer Cri Cri, con dos pequeños cuernos puntiagudos en la punta del cucurucho. Los clientes lo recuerdan con nostalgia y todavía lo piden a menudo en el punto de venta histórico de Rimini.
Como augurio de buena suerte o como amuleto, los dos cuernos duplican el placer del paladar. Los pequeños cuernos, cubiertos por chocolate negro, esconden un relleno de Fiordilatte.
La misma receta la podrás encontrar desde el jueves 1 de junio en los dulces de Anna e Vito. El Cri Cri ya no será una merienda para comer solos, sino un postre a decorar en casa y compartir con los invitados de vuestra cena. Os recordamos prepararlo con antelación y dejarlo en la nevera al menos 2 horas antes de su consumo. ¡Disfrutad decorando el Cri Cri junto a vuestros invitados!