Empieza en España el frío de invierno y la idea de comer helado no es una locura… después de todo, si regresamos a la historia de su origen, la unión del helado y el invierno surgió cuando el emperador Nerón de la Antigua Roma ordenó por primera vez que se trajera nieve de los Alpes y le dieran sabor con jugo de frutas.
Si los primeros bocados se sienten fríos… ¡esto se compensa con el calor que generará en tu cuerpo!
El sistema digestivo hace un uso rápido de sus nutrientes, descomponiéndose para su absorción y convirtiéndolos en energía. Las calorías en una cucharada de helado terminen provocando un aumento en la temperatura corporal.
En pocas palabras…
¡comer helado en invierno es una opción para pasar mucho menos frío!