Anna y Vito eran un matrimonio como tantos otros. Anna se ocupaba de la familia pero era también la persona que apoyaba las decisiones a veces improvisadas de su marido Vito. Al ocuparse permanentemente de la crianza de sus hijos, permitía a Vito dedicar todas sus energías a su primera heladería de La Romana.

De este modo, Vito podía trabajar todos los días en la heladería de Rimini en Italia, la única que poseía en aquella época, y dedicaba todo su tiempo a la creación de recetas, la organización del negocio y hacer planes a lo grande. Si no hubiera sido por la presencia de Anna a su lado, es probable que muchas de las recetas de Vito no se hubieran materializado, ya que era propio de ella completar cualquier receta con una simple guinda. En cambio Anna y Vito daban la impresión de poder conseguir cualquier cosa trabajando uno junto al otro.

La línea de dulces Anna e Vito rinde homenaje a esta pareja extraordinaria, a la cual hemos querido recordar con ocasión de nuestro 70 aniversario.

Desde abril hasta septiembre, en las heladerías de La Romana con pastelería (en los puntos de venta de Madrid Paseo de la Habana y Madrid Calle San Bernardo), podéis descubrir la línea de dulces inspirada en los fundadores de La Romana. Cada mes presentamos un nuevo dulce, recorriendo año por año nuestros 70 años de historia.

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